¡No a la clase de religión!
Existen
tantas páginas escritas sobre la conveniencia o no de la clase de religión en
la escuela, que me da la impresión que ya está todo dicho.
Está todo
dicho para quienes piensan que efectivamente esta tiene su espacio y su razón
de ser en un contexto de "educación integral" y está todo dicho para
quienes, con diversos argumentos consideran que esta no tiene cabida en una
sociedad laica.
Yo mismo
he escrito y defendido tantas veces, algunas de las criticas que a esta se le
hacen, no es catequesis, ni simplemente una cultura religiosa, que nos ayuda a
comprender nuestra propia historia, que es un área que con rigor académico, que
sale al paso de nuestras preguntas de sentido e incluso a la de los retos de nuestra sociedad actual.... pero
nada. ¡Es un objetivo inalcanzable!
Por lo que
he decidido cambiar el discurso y afirmar a los cuatrovientos ¡no a la clase de
religión!
Algunos de
los detractores de la clase de religión, piensan que esta se reduce a memorizar
una serie de verdades, reglas o mandatos. Si esto fuese así , yo también digo,
¡no a la clase de religión!
Sí piensas
que la clase de religión es ajena a la
comprensión social, que supone la
comprensión de lo religioso desde una perspectiva excluyente, que es una
formación que no le aporta nada para asumir responsablemente sus decisiones en
diferentes ámbitos. Di ¡no a la clase de religión!
Si deseas
privar a tu hijo, hija, independientemente de que creas o no de la libertad que
supone la posibilidad de elegir, si tal vez, más que el rechazo a la religión,
el problema es la ignorancia religiosa
por la que resulta más fácil negar una verdad que investigarla. Si rechazas, sin conocer. Di, ¡no a la clase de religión!
Si no
aspiras a que tu hija, tu hijo tengan una formación para la paz y la
reconciliación, para la solidaridad, para la esperanza activa…” Di, ¡no a la clase de
religión!
Si te
parece que la persona carece de una dimensión espiritual que-en su caso- como
otras dimensiones hay que educar. Di, ¡no a la clase de religión!
Pero si
tal vez, deseas que tu hijo tu hija tenga un espacio de libertad donde se le
aporten razones para amar, para construir fraternidad, ..., y se le aporten los
instrumentos para ponerlos al servicio del bien común en una nueva sociedad.
Me voy a
atrever a decirte, a ti, que tal vez llegues a leer esta reflexión, y a pesar de
que pueda resultar escandaloso en éste contexto de negación, que todo lo
anterior, se basa en el mensaje de Jesús de Nazaret, una de las personas
más fascinantes que ha pasado por la
historia de la humanidad.
Y si a
pesar de todo te sigue sin convencer. Di, ¡no a la clase de religión!